Absuelto tras 3 años entre rejas por abusos falsos a su hijo:
«Tienen que
estar las cárceles llenas de
inocentes»
Condenan a la Consejería de Igualdad de la Junta
andaluza a indemnizar a Teodoro Leandres por
«mala praxis» en la evaluación psicosocial del
menor, cuyo testimonio «indujeron»
«¿A tu padre lo has visto alguna vez desnudo? ¿Te ha hecho daño alguna
vez?». Fueron preguntas lanzadas en sala por la letrada onubense Ana de
Silva, uno de los tres ángeles custodios –junto con sus dos hermanas–
con los que ha contado sin fisuras y desde 2013 Teodoro Leandres, un
hombre al que la vida parece deberle tres años, dos meses y unos días en
prisión. Las respuestas del hijo de Teo fueron negativas. Él acabó entre
rejas.
El sistema solo le devolverá una cantidad a este hombre de 56 años:
129.000 euros en concepto de indemnización, impuesta por el Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía (60.000 euros como compensación por
los daños morales causados al atribuirle un delito grave que no cometió) a
la Consejería de Igualdad de la Junta, según dio a conocer el diario
Huelva24.com. Otros 69.000 euros ha sido el monto estipulado por la
Audiencia Nacional por la privación injusta de libertad que sufrió en el
centro penitenciario de Huelva La Ribera.
Pero esos hechos «inventados, falsos» no son una minucia: abuso
continuado contra su hijo y exhibición de material pornográfico a un
menor. Fueron denunciados por la pareja con la que Teo había roto seis
meses antes. El pequeño tenía 8 años. Su padre, que hoy se consume
desencajado por la ira, no lo ha vuelto a ver más.
Teme, además, ese hipotético encuentro, a sabiendas de que no viven
lejos de su pueblo, Gribaleón; el adolescente reside con la denunciante.
«No sé cómo reaccionaría debido a lo que le metieron en la cabeza. Me
arrebataron a mi hijo, me han destrozado la vida«. Lo dice un hombre
que se esfuerza en condensar el dolor en una entrevista realizada por
videoconferencia desde Huelva, en el despacho de De Silva.
«Me arrebataron a mi hijo; me han destrozado la vida»
Teodoro Leandres
Condenado a 14 años siendo inocente y absuelto tras permanecer 3 años
en prisión
Al tiempo entre rejas suma la denostación pública, el estigma social
porque más de uno lo imaginó como «un pederasta». La pérdida de la
relación afectiva con su hijo, la sospecha contra el varón, junto con la
exposición sufrida a la ideología de genero salen en la conversación, y se
repiten en las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (la
última el 23 de marzo de 2022), ratificadas por el Tribunal Supremo (TS) y
que facilita la letrada a ABC.
Pero en el primer juicio, que el TS anuló y ordenó repetir, nada se pudo
hacer, corroboran a este periódico los tres peritos que firmaron en acto
colegiado: los psicólogos forenses José Manuel Aguilar y Julio
Bronchal, así como el psiquiatra José Miguel Gaona.
Bronchal utiliza una frase lapidaria como síntesis: «Con el método
utilizado por las psicólogas del Eicas (equipo de Evaluación e
Investigación de Casos de Abusos Sexuales, cuya matriz es Adima, la
Asociación Andaluza de Defensa de la Infancia y Prevención del Maltrato
Infantil) habrían conseguido que ese niño confesase que su padre
participó en los atentados del 11-M o que asesinó a Kennedy«.
Administración con sesgo
Aguilar, el psicólogo que empezó con el peritaje en 2013 y profesor de
Psicología Legal y Forense en la Universidad Loyola Andalucía, insiste en
que en la raíz está que «la Administración, en este caso las consejerías de
Justicia e Igualdad, concierta con fundaciones con un determinado sesgo
de género e ideológico la evaluación de los temas sexuales a menores. En
Andalucía es el Eicas, que tras este caso ha cambiado de nombre».
Ese equipo de evaluación, según acredita la sentencia ratificada por el TS,
utilizó una «estrategia coactiva e inductiva» en las preguntas al hijo de
Teo. Los psicólogos hablan del protocolo CBCA-SVA para tomarle
declaración, la única prueba de cargo que condujo a Teodoro a la cárcel.
Ese método tiene un margen de error de más del 30%, es de dudosa
validez científica y «no detecta falsos positivos», compara Aguilar con el
Covid. Tanto él como el resto del equipo que dio la réplica al informe
oficial de valoración del progenitor señalan que «el testimonio del menor
estuvo inducido, fue presionado a contestar, reforzado en sus
respuestas».
Como anécdota, Aguilar recuerda que el joven «mezcló episodios de la
serie 'Aquí no hay quien viva' y los relataba para satisfacer la presión que
sentía». Cuando llegó a la entrevista grabada, el niño acumulaba 150
sesiones de terapia en las que «interiorizó –según auto– abusos que
no existieron»; «se contaminó a la sala» y se «transformó» el problema
que el niño tenía por la separación de sus padres. «Era el retrato del
perfecto depravado. Solo les faltó acusarme de necrofilia», lamenta
Teodoro.
La sentencia firme dice que «claramente se ha intervenido» en las
preguntas al niño, y que contestaba lo que querían los profesionales. El
fiscal se puso del lado de Teodoro. «Se le condenó con una prueba
preconstituida», afirma De Silva. No fue hasta 2016 que recobró su
libertad. «Nunca he cejado en mi empeño de demostrar que soy inocente.
De lo que se me acusaba era indecente», dice. De Silva, que lo acompaña
en su viacrucis, tampoco dudó un segundo.
«Esto pasa cotidianamente y lo vemos en mi profesión, vamos a peor.
También es un castigo a los menores –reflexiona Aguilar–. De repente, un
niño de 25 años toca a tu puerta y reconoce que su madre erró». Teo no
va a recuperar a su hijo, tiene «un duelo abierto» y en su dolor «quedará
siempre una mancha, difícil de restituir», infiere.
Los abusos se emplean como 'bala de plata' en divorcios
Cuando las expertas del Eicas intervinieron para sentenciar a Teodoro,
acumulaban 500 casos. En el argot de peritos como Bronchal y Aguilar se
usa un término de origen anglosajón que es «la bala de plata» para ganar
causas de divorcios contenciosos. Los abusos. «El informe pericial
acreditó que la personalidad de Teodoro era incompatible con los cargos
500 casos parejos al de Teo
acumulaban en 2013 las expertas en los
informes psicosociales del Eicas (equipo
de Evaluación e Investigación de Casos
de Abusos Sexuales) en Andalucía.
atroces que se le imputaban y cuestionaba la metodología empleada
sobre la que se fundamentó la retirada de la custodia» al padre.
Paradójicamente, se calibró a Teo con un nivel de agresividad inexistente
y una querencia alta por la justicia y la igualdad. Gaona expresó que un
sistema que permite esto es una «picadora de carne».
Al otro lado de la pantalla, Teodoro, antes
albañil y ahora desempleado, se deshace.
«La sentencia condenatoria inicial fue de
14 años. Se ordenó respetir el juicio con el
resultado de absolución. Ha sido un
proceso trabajoso y una instrucción dilatada con cientos de recursos y
denuncias interpuestas. Se pidieron pruebas de ADN a Teodoro, que
salieron negativas. Me dio mucha pena porque no fue un relato libre ni
espontáneo del niño y se pusieron de manifiesto todas las carencias del
protocolo actual«, alega la abogada. De Silva reclamó 2,5 millones de
euros por prisión indebida.
Lo que Teodoro pide no es parné, sino que «nadie pase» por lo que él ha
tenido que pasar. La reparación es a la sazón imposible: «Me siento
aterrorizado. Tiemblo paralizado cada vez que llega una notificación a
casa. Tienen que estar las cárceles llenas de padres inocentes. Nos
echan a los leones«.
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